ECONOMÍA MEXICANA 1850-1900.

 ECONOMÍA MEXICANA 1850-1900.

La economía mexicana 1850-1900

Esta economía empezó con el rompimiento de la autarquía tuvo que esperar la introducción del ferrocarril en el decenio de 1880. Lamentablemente su llegada fue tardía, principalmente por la falta de capitales y debido a la estrategia errónea de intentar unir la capital con el Golfo por una ruta muy costosa.  Tampoco ayudó la inestabilidad  y el cambio de regímenes políticos con cierta frecuencia, ni las penurias fiscales del gobierno que le impidieron por muchos años apoyar económicamente el proyecto.  Pero cuando finalmente se construyeron los ferrocarriles, en un momento, en que también se acercaron las líneas ferroviarias de los Estados Unidos a su frontera sur, la integración del mercado nacional brindó nuevas oportunidades de desarrollo. La decisión del gobierno de Juárez de apoyar mediante subsidios la construcción del primer ferrocarril abrió la puerta del apoyo público a la construcción de infraestructura, de la misma forma que ocurría en los Estados Unidos y en muchos otros países.  Ello sólo fue posible cuando el gobierno logró el pleno control de las aduanas y por tanto del flujo de impuestos federales, y gracias a cierta reducción de los gastos militares.  Así, con la integración creciente del mercado interno y la mayor paz social, la economía pudo entonces volver a crecer en forma dinámica.

Pero la acelerada construcción de la infraestructura en los años 1880 provocó una crisis fiscal en 1884-1885 que ni la venta masiva de tierras nacionales pudo impedir. Tampoco la evitó el apoyo de los recién creados bancos comerciales y en particular  la fusión de dos de ellos que resultó en el Banco Nacional de México y que tenía la función de apoyar las finanzas del gobierno. Lo que sí se logró inmediatamente fue la reducción de las tasas de interés, al comenzar a circular ordenadamente la deuda del gobierno. Pero en aquellos años, a pesar del aumento de los ingresos fiscales, los déficit crónicos restringieron el diseño de la política comercial y de continuado apoyo a la construcción de infraestructura económica.  Finalmente se consiguió un préstamo externo en 1888, después de décadas sin acceso a los mercados de capital internacionales, que alivió la precariedad de las finanzas públicas pero que no pudo desterrar completamente los problemas fiscales del gobierno.  La llegada a la Secretaría de Hacienda de José Yves Limantour en 1892 marcó un quiebre en las finanzas públicas que para 1895 comenzaron a registrar superávit.  La estabilización de las finanzas gubernamentales ayudó al desarrollo del sistema bancario y financiero y de un modesto mercado de capitales.  Finalmente, el acceso al crédito externo sostuvo la creación de infraestructura económica y la adquisición de la mayor parte de los ferrocarriles para consolidarlos en una sola empresa.

La expansión de la economía estuvo basada principalmente en el mercado interno, facilitado por la expansión de las exportaciones.  El desarrollo previo de las regiones permitió que la llegada de los ferrocarriles estimulara rápidamente la expansión económica a través de la importación de bienes intermedios y de capital. A ello contribuyó el desarrollo del sistema financiero que estuvo ligado al capital externo y cada vez más al capital nacional, así como la emisión de leyes y códigos que clarificaron los derechos de propiedad y el marco regulatorio. No tardaron en establecerse grandes empresas, y en que una variedad mayor de productos comenzara a producirse.  En las ramas tradicionales se volvió a registrar una concentración industrial que aprovechaba economías de escala.  En otras ramas se introdujo nueva tecnología que requería de una escala de producción mucho mayor para hacerla rentable. Naturalmente, la forma de producción artesanal fue desplazada gradualmente por la mecanización y la introducción de tecnologías más avanzadas. Al mismo tiempo, algunas ramas industriales experimentaron un fuerte proceso de sustitución de importaciones, especialmente en los años 1890, que en ocasiones llegó hasta sus insumos.  A ello contribuyó la política proteccionista y la depreciación del peso plata frente al oro.  Se logró la plena autosuficiencia en la producción nacional de algunos productos, eliminando casi todas las importaciones.  Sólo aquellas de productos especializados o muy finos dentro de esas ramas industriales siguieron importándose, al igual que bienes intermedios y de capital.

También los ferrocarriles fueron esenciales para la expansión de las exportaciones, especialmente las mineras, que se diversificaron notablemente. La minería de los metales preciosos, en la que el oro se volvió un poco más prominente, fue complementada por los minerales industriales, que hacía el final del siglo comenzaban a tener un mercado internacional importante

Sin embargo, la “modernización” tuvo sus costos inmediatos.  Por un lado, la introducción de los ferrocarriles y de la agricultura comercial aumentó los incentivos para usurpar tierras de las comunidades indígenas y forzar el cumplimiento a la letra de las leyes de reforma.  Ello sólo ocurrió con fuerte resistencia de las comunidades campesinas, mientras que algunas otras comunidades encontraron maneras diversas de enfrentar las reformas, como el condueñazgo. Con el tiempo, el mismo Porfirio Díaz se percató del daño a las comunidades y modificó la Constitución en 1900 para permitir que los pueblos tuvieran tierra en propiedad.


Infografía de ayuda:

Fuentes:
https://portalacademico.cch.unam.mx/alumno/historiademexico1/unidad5/economiaMexicana1854-1900

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